algunas llevan aquí casi un siglo,sus cascos hace mucho que no rompen las olas impulsadas a remo,ahora lo único que rozan es la desgarradora arena como preludio de su premeditada y lenta muerte...
no importa cuan grandes sean,si su madera es de roble o de olivo o si fueron echas por las curtidas manos de un artesano cuyo oficio se extinguió hace mucho,todas están condenadas a muerte..
la pintura de sus travesaños se desquebraja descubriendo los maderos que un dia se mojaron y que ahora carcomidos,esperan en silencio su fin.
algunas han sido sepultadas por las dunas,otras tragadas por el mar como si siglos después el mar pidiese saldar la deuda que aun hoy la especie mas avanzada del planeta le debe...
en la costa ya no se escucha el chirrido de estos artilugios con los que se arrastraban las naves para evitar k las mareas se las llevase,tan solo el rugido del mar y el chirrido de las olas
algunas como en un ataque de fe,siguen aferradas a ellos sin saber que hace mucho k cayeron en el olvido...
otras perdieron la fe y se soltaron hace mucho,como quizás nuestra sociedad debería hacer,soltarse de la soga que nos arrastra a las negras profundidades del consumismo y por el cual, quizás nosotros también caigamos en el olvido...de nuestras propias mentes
nuestras pisadas rompen la armonía de las dunas,cuyas únicas huellas que se pueden encontrar son las de las aves que rondan en busca de algún alimento varado,cuyas variadas formas crean un abanico abstracto de formas que se mezcla con las tonalidades del lugar como si quisiese enviarnos algún mensaje oculto en una botella, la cual nos negamos a abrir.
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