en mitad de la ladera mas recóndita,camuflado entre las repoblaciones eras de trilla y balates,encontramos "el tesorero",la muestra perfecta de la arquitectura de la lasca de pizarra,material quizás,demasiado abundante.
La primera referencia histórica encontrada fue localizada en el catastro de ensenada (1743),en el que con media docena de viviendas,aparece nombrado como "el barranco del tesorero",pero no fue hasta el siglo XIX cuando el pueblo empezó a tomar el aspecto y configuración que aun hoy muestra,cuando se descubrieron los filones que el subsuelo escondía,gracias a esto y a la agricultura de al cual se abastecía el pueblo la poblacion creció hasta tal punto de que en un censo elaborado en 1866 aparece 103 vecinos casados,pero no fue hasta la decena de 1910 a 1920,cuando el historiador local, Jose sanchez contabilizo 166 bautizos en la parroquia de "El moro",de niños procedentes del tesorero,lo que da una idea aproximada de la población.Finalmente la poblacion creció tanto,que se doto de escuela propia al pueblo,la cual estuvo en funcionamiento hasta la década de los 60 cuando se clausuro tras el abandono total del pueblo.
nada mas entrar en el pueblo la pizarra hace su trabajo a la perfección,la de crear un impresionante efecto óptico,desvaneciendo la superposición de cada estructura.
como en todo pueblo abandonado,se crea la sensación de soledad para algunos,tranquilidad de otros,
algunas casas,sucumben ante el enorme pero que han de soportar sus desgastado y carcomidos pilares,otras,al menos por el momento se niegan a la rendición y siguen soportando,bajo unas condiciones impresionantes,un peso descomunal.
finalmente,dejamos el pueblo,sus casas,sus aperos,sus balates y sus fantasmas para enfrentarnos a otros mucho mas poderosos,los fantasmas de la codicia humana.
dicen que lo que nace de la tierra vuelve a ella tarde o temprano...nunca mejor dicho.
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